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La muerte de Mario Vargas Llosa a los 89 años ha conmocionado al mundo de las letras. Intelectuales, lectores y admiradores llamentan la muerte del autor de obras imprescindibles como La ciudad y los perros y La fiesta del chivo. Pero nada es comparable a la desazón que siente Patricia Llosa (79), la mujer de su vida y madre de sus tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana.
Mario Vargas Llosa y Patricia eran primos y amigos, además de marido y mujer. Ella era la sobrina materna de su primera mujer, la escritora boliviana Julia Urquidi Illanes, tía política del autor con la que estuvo casado entre 1955 y 1964. Patricia Llosa era, a su vez, hija del tío materno del escritor, Luis Llosa Ureta. Por lo tanto, era su prima de sangre.
Un año después de divorciarse de Julia, en 1965, Mario Vargas Llosa se casó con Patricia Llosa, diez años menor que él. En 1966 nació su primer hijo, el escritor y periodista Álvaro Vargas Llosa. Un año después nació Gonzalo, actual representante de ACNUR en Reino Unido. Su hija pequeño, Morgana, nació en 1974 y hoy es una reconocida fotógrafa.
Patricia Llosa siempre estuvo al lado de su marido. Incluso durante las crisis más acuciadas. Fue la que acuñó la frase "Mario, para lo único que tú sirves es para escribir", haciendo alusión al talento literario del que ambos vivieron. Desde alfa hasta omega, ella estuvo allí cuando era un autor desconocido, cuando le dieron el Premio Nobel de Literatura en 2010... Y así hasta el fin de sus días. Fue su secretaria, su representante y su mayor fan.
Hasta lo tuvo claro cuando el literato la dejó temporalmente por Isabel Preysler en 2015, después de celebrar sus Bodas de Oro por todo lo alto en Nueva York. Un parón de siete años que incluso terminó en divorcio. : "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente", comunicó ella a finales de 2015. Seis meses después llegaron a un acuerdo de divorcio por el que ella se quedaba con un piso en Nueva York, una casa en Lima y otros bienes. Estaban casados por régimen de gananciales.
Pero este socavón sentimental no acabó con su paciencia, pues sabía que era cuestión de tiempo que él regresase. Así sucedió en 2023, cuando Mario Vargas Llosa abandonó la lujosa mansión de Puerta de Hierro de Preysler. Sus hijos lo celebraron, ya que ninguno aceptaba aquella relación que rompió el núcleo familiar al que ellos llaman La Tribu.
Después de aquello, se les volvió a ver a todos juntos. Como una familia feliz. Fue Patricia Llosa la mujer que le acompañó en su ceremonia de ingreso en la Academia Francesa. También la que le cuidó cuando el escritor estuvo hospitalizado por Covid en Madrid a finales de 2023, poco después de su ruptura con Preysler. Era de esperar que estuviese hasta su punto final.